Tienes el pelo permanente, tienes tu vestido rojo gritando: «¡Esa segunda marcha fue tan excitada!» Y la niebla que se está formando en mi ventana me dice que la mañana está aquí y que te habrás ido en poco tiempo. ¿Quién te enseñó esos nuevos trucos? ¡Maldita sea! No debería empezar esa charla. Pero la vida es una gran pregunta cuando miras el reloj. Y la respuesta siempre está esperando en la licorería. 40 onzas a la libertad así que doy ese paseo. Y sé que, oooooooooooooooooooo no voy a volver. No voy a volver. Oh Dios sabe, no voy a volver! oooooooooooooooo no va, va... (escucha fiesta (gente hablando) en segundo plano) Y te ves tan bien. Cuando mientes no aparece, pero sé por dónde sopla el viento. Un 40 oz a la libertad es la única oportunidad que tengo de sentirme bien aunque me siento mal. Y lo sé, oooooooooooooooooooo No voy a volver. No voy a volver. Oh Dios sabe, ¡no voy a volver! oooooooooooooooooooooooooooooooooo no voy a volver. No voy a volver. Oh Dios sabe que no voy a volver! Oooooooooo